El ecosistema de startups en España es cada vez más sólido. Actualmente y según datos de un estudio de Informa D&B, existen 23.383 startups en nuestro país, que representan el 4% del total de empresas activas entre 2016 y 2021. También ha ganado músculo gracias al apoyo de fondos y organizaciones de capital privado creadas para la inversión en startups. De hecho, España cuenta ya con más de 250 vehículos de inversión originarios o que tienen sede en el territorio nacional.

Por tanto, invertir en una startup se convierte en una idea atractiva, además de rentable. Es importante tener en cuenta que es más recomendable hacer dicha inversión a través de una persona física y no jurídica, para conseguir más ventajas fiscales.

¿Cuáles son las ventajas?

Las ventajas fiscales que conlleva invertir en una startup como una persona física son las siguientes:

• Los contribuyentes podrán deducirse el 80% de las cantidades satisfechas en el periodo por la suscripción de acciones o participaciones en empresas de nueva o reciente creación. Además de la aportación temporal al capital, podrán aportar sus conocimientos empresariales o profesionales adecuados para el desarrollo de la entidad en la que invierten en los términos que establezca el acuerdo de inversión entre el contribuyente y la entidad. La base máxima de deducción será de 100.000 euros anuales y estará formada por el valor de adquisición de las acciones o participaciones suscritas.

• El tipo de gravamen en el IRPF es menor que si se hiciese como persona jurídica (para plusvalías inferiores a 200.000 euros). La posible plusvalía generada en una futura venta tributaría al 19% si la base imponible es de 6.000 euros, al 21% si se encuentra entre 6.000 y 50.000, al 23% si se encuentra entre 50.000 euros y 200.000 euros, al 27% si se encuentra entre 200.000 euros y 300.000 euros y al 28% el restante por encima de 300.000 euros. Por el contrario, si se decide invertir como sociedad, la tributación será del 25% por el total de la plusvalía generada.

• No existe deducción del 10% por reinversión de los beneficios extraordinarios como la deducción por inversión de beneficios que disfrutaban hasta la fecha las empresas.

• Exención por reinversión de las ganancias patrimoniales que resulten de la transmisión de acciones o participaciones por las que se hubiera practicado la deducción por reinversión en empresas de nueva creación, siempre que el importe obtenido por la transmisión de dichas acciones, se reinvierta en adquisición de acciones o participaciones de otra entidad de las mismas características (entidades de nueva o reciente creación). La reinversión debe efectuarse, de una sola vez o sucesivamente, en un periodo no superior a un año desde la fecha de la transmisión.

• Adicionalmente a esta deducción estatal con base máxima de 100.000 euros, determinadas Comunidades Autónomas establecen también sus propias deducciones autonómicas por inversión en adquisición de acciones o participaciones de nueva o reciente creación. Así, en Madrid, se podrá aplicar una deducción general del 30% (con un límite de deducción de 6.000euros anuales) por inversión en este tipo de entidades que tengas su domicilio fiscal y social en esta Comunidad Autónoma.

Y, ¿qué requisitos tiene que cumplir la entidad en la que se invierte?

A la hora de invertir en una startup, también hay que tener en cuenta los requisitos con los que debe cumplir la entidad, entre los que se encuentran:

• Revestir la forma de Sociedad Anónima, Sociedad de Responsabilidad Limitada, Sociedad Anónima Laboral o Sociedad de Responsabilidad Limitada Laboral, y no estar admitida a negociación en ningún mercado organizado. Este requisito deberá cumplirse durante todos los años de tenencia de la acción o participación.

• Ejercer una actividad económica que cuente con los medios personales y materiales para el desarrollo de la misma. En particular, no podrá tener por actividad la gestión de un patrimonio mobiliario o inmobiliario, en ninguno de los períodos impositivos de la entidad concluidos con anterioridad a la transmisión de la participación.

• El importe de la cifra de los fondos propios de la entidad no podrá ser superior a 400.000 euros en el inicio del periodo impositivo de la misma en que el contribuyente adquiera las acciones o participaciones. Cuando la entidad forme parte de un grupo de sociedades, con independencia de la residencia y de la obligación de formular cuentas anuales consolidadas, el importe de los fondos propios se referirá al conjunto de entidades pertenecientes a dicho grupo.

• El cumplimiento de estos requisitos debe ser acreditado mediante certificación, expedido por la entidad en el periodo impositivo en el que se produjo la adquisición de las acciones o participaciones (la empresa deberá presentar el modelo 165).

Condiciones para poder practicar la deducción

Por último, es importante resaltar cuáles son las condiciones para que esa deducción se pueda practicar.

• Las acciones o participaciones en la entidad deberán adquirirse por el contribuyente en el momento de la constitución de la misma o mediante ampliación de capital efectuada, con carácter general, en los cinco años siguientes a dicha constitución, o en los siete años siguientes a dicha constitución en el caso de empresas emergentes a las que se refiere la Ley 28/2022, de 21 de diciembre, de fomento del ecosistema de las empresas emergentes. Deberán permanecer en su patrimonio por un plazo superior a tres años e inferior a doce años.

• La participación directa o indirecta del contribuyente, junto con la que posean en la misma entidad su cónyuge o cualquier persona unida al contribuyente por parentesco, en línea recta o colateral, por consanguinidad o afinidad, hasta el segundo grado incluido, no puede ser, durante ningún día de los años naturales de tenencia de la participación, superior al 40% del capital social de la entidad o de sus derechos de voto. Esta condición no resultará de aplicación a los socios fundadores de una empresa emergente.

• Que no se trate de acciones o participaciones en una entidad a través de la cual se realice la misma actividad que se venía ejerciendo anteriormente mediante otra titularidad.

Cualquier inversor tiene como objetivo ganar dinero y obtener rentabilidad. Y sin duda alguna, la situación actual hace que invertir en una startup sea una buena forma de conseguirlo.